Por: Sara LópezFundadora y Presidente CEO | Durante el pasado año Puerto Rico Rises en unión y con el apoyo de PRROA, su coalición de organizaciones aliadas, ha estado distribuyendo de forma contínua la "mentada cajita de alimentos". Se ha oído tanto hablar de ella que algunos se ofenden si no la reciben, pues han tratado la misma como una especie de premio. Otros hasta pelean con nuestros Coordinadores Regionales y les reclaman sin tomar en consideración todo el esfuerzo que conlleva la distribución de estas cajitas. Nosotros en Puerto Rico Rises hemos estado muy concientes de no duplicar áreas y de regresar sólo a aquellos lugares u hogares donde la necesidad es apremiante. Son muchas las ocasiones donde el recipiente le ha indicado a los voluntarios que esa es la "única comida del día" o "ya la nevera estaba vacía" y ése, precisamente ése, es el mayor regalo que reciben los voluntarios. La satisfacción de saber que llegaron donde había que llegar. Ahora bien. Es justo y necesario que ustedes sepan la verdad detrás de ese acto de entregar la cajita. Para que eso suceda son horas y horas voluntarias coordinando:
Sí, la mayor satisfacción es esa sonrisa y ese abrazo, no hay premio como ese, pero nos olvidamos de todo lo que el Coordinador y voluntarios tuvieron que hacer, invertir, pasar y sudar para que esa cajita llegue sana y salva. No es una mera caja de comida. Detrás de esa cajita hay una familia que necesita nuestro esfuerzo y cientos de voluntarios que están dispuesto a darlo. Cuando veas a un voluntario ofreciendo servicio, ofrécele comprensión, empatía y un profundo agradecimiento a su esfuerzo. Ese voluntario está ahí de forma libre, porque entiende que tiene algo que ofrecer y dar. No es sólo por entregar la cajita, es ofrecer su carro, su fuerza física, su capacidad para coordinar, su manejo de la logística. El que recibe, que es la persona más importate de nuestras misiones, también tienen algo que ofrecer: su paciencia, entendimiento y agradecimiento ante su gesto. En Puerto Rico Rises, reconocemos que hemos llegado donde estamos gracias a los miles de voluntarios, cientos de organizaciones y decenas de Coordinadores Regionales que dejan el alma, vida y corazón en cada una de esas cajitas. Gracias a ellos, hemos sobrepasado los dos millones de impactos y seguimos a paso firme llegando donde haya que llegar. A todos, mi profundo respeto, agradecimiento y admiración. Tututururu, llegó el camión! Sara |